Los residuos zootécnicos son el resultado de la cría intensiva de ganado: con las cisternas flexibles es posible recolectarlos y contenerlos.
Los residuos zootécnicos (también llamados efluentes zootécnicos) consisten en un conjunto de desperdicios sólidos y líquidos provenientes de la cría de animales domésticos y de granja. En específico, se trata de restos de alimentos y piensos, excrementos sólidos y líquidos y aguas utilizadas para beber o para lavar a los animales.
En las granjas medianas y pequeñas donde no hay una gran cantidad de ganado, los residuos zootécnicos se presentan principalmente en forma de estiércol y pueden ser reutilizados como fertilizante; en las grandes granjas, en cambio, debido al gran número de animales presentes, se produce una cantidad excesiva de residuos zootécnicos que no pueden ser reutilizados y terminan convirtiéndose en agentes contaminantes para el suelo y las aguas superficiales.
La contaminación debida a la cría intensiva ha hecho que la producción y gestión de los residuos zootécnicos deban ser reguladas mediante leyes. Hoy en día se sigue el D.Lgs. 152/2006, mientras que en el pasado era necesario adherirse al Decreto Legislativo n. 152 del 11 de mayo de 1999. El párrafo 1 del art. 2 del D.Lgs.
Efluentes palpables y no palpables
Los residuos zootécnicos se distinguen en efluentes palpables y efluentes no palpables. La palpabilidad consiste en la capacidad de los residuos de ser tratados como materiales sólidos o fluidos/líquidos.
La diferenciación depende de la cantidad de sustancia seca contenida en los residuos: si la cantidad es considerable, el efluente tenderá a ser más sólido y podrá ser movido con una pala (de ahí el término “palpable”); de lo contrario, el efluente asumirá una forma fluida o líquida.
Los efluentes palpables son, por lo tanto, aquellos sólidos: en esta categoría entran el estiércol, los lodos de depuración, la gallinaza seca y el compost derivado de los residuos.
Los efluentes no palpables, en cambio, son aquellos fluidos: en esta categoría entran los purines y los líquidos de estiércol.
Estos últimos, al no poder asumir una forma estable y compuesta, deben ser colocados en contenedores especiales.
Los métodos de recolección
El almacenamiento de los residuos zootécnicos no palpables puede ocurrir de muchas maneras; los más conocidos y difundidos son los siguientes:
- Tanques enterrados
- Tanques sobre el suelo
- Lagunas (o lagones) en tierra compactada
- Cisternas flexibles
Los tanques enterrados representan un buen método de recolección pero son incómodos de realizar, ya que requieren un gran movimiento de tierra. Además, deben estar necesariamente protegidos por una valla anticaída equipada con puertas para la introducción de mezcladores y tuberías.
Los tanques sobre el suelo son más cómodos en comparación con los enterrados, pero también necesitan un contenedor enterrado de recolección, llamado pozo de elevación, y la preparación de un equipo especial para la carga de los residuos. Los tanques pueden ser hechos de concreto o de acero galvanizado.
Las lagunas en tierra, en comparación con los tanques, son más difíciles de manejar y requieren una mayor ocupación del suelo y un amplio uso de trabajadores encargados del mantenimiento de los diques.
Las cisternas flexibles, finalmente, representan una solución moderna y alternativa al problema: gracias a su amplia capacidad y a la posibilidad de ser montadas, desmontadas y trasladadas a voluntad, son la elección perfecta para la recolección de los residuos zootécnicos.